La Niebla, de John Carpenter: Crítica - Opinión

La Niebla (The Fog)

Director: John Carpenter

Reparto: Adrienne Barbeau, Tom Atkins, Jamie Lee Curtis, Hal Holbrook, Janet Leigh, Charles Cyphers, Nancy Loomis, Ty Mitchell, John Houseman

Género: Terror

Año: 1980

Sinopsis: En la costa de California se alza el pintoresco centro turístico de Antonio Bay. Mientras sus residentes se preparan para las celebraciones del centenario de la ciudad, la tripulación de un viejo barco aparece brutalmente asesinada. Al mismo tiempo, en el mar, una misteriosa niebla que oculta un mortífero secreto comienza a desplazarse inexorablemente cada noche hacia la costa. Según una leyenda local, estos extraños sucesos están aparentemente relacionados con un terrible acontecimiento sucedido hace cien años. A medida que se aproxima el día del centenario el horror se acerca a su clímax. (FILMAFFINITY)

John Carpenter es uno de mis directores favoritos por muchas razones y una de ellas es, a parte de encantarme las historias y atmósferas que crea en sus películas, porque se suele implicar a unos niveles pocas veces vistos con sus productos, encargándose del guión, de la producción e, incluso, de componer él mismo la banda sonora de la película (sí, el mítico tema de Halloween lo compuso él). En esta película no fue diferente a sus costumbres y también se encarga del guión, producción y de la banda sonora.

La niebla es una de las películas que más me gustan de John Carpenter. En la niebla se cumplen las mayores costumbres del director, como son el mal como concepto sobrenatural y resolución de un grupo de personas que quedan encerrados o atrapados en un determinado lugar ante algo que pretende darles caza. En esta ocasión, se trata de una niebla que en su interior se desenvuelve un tipo de mal provocado por una maldición que asesina a todo aquel que se encuentre envuelto por ella. 

Para ello, Carpenter hace uso, de forma magistral, de la recreación de una atmósfera (la especialidad de Carpenter) que te transmite perfectamente la sensación de agobio cuando la niebla comienza a extenderse. Visualmente, a pesar de tratarse del año 80, está muy conseguida la manera en la que se comporta la niebla, transmitiendo la sensación de que tiene vida propia y no rige ningún patrón atmosférico aleatorio.
La historia es sencilla, pero funciona a la perfección porque, para equilibrar la sencillez de la historia, Carpenter se esfuerza por ensalzar el cómo suceden las cosas, por ejemplo, a la hora de tomarse su tiempo para generar que poco a poco la niebla se vaya extendiendo o que los personajes vayan descubriendo poco a poco lo que sucede (de forma justificada) a pesar de la sencillez del problema. Las interpretaciones son normales, nada a destacar, pero los personajes están bien construidos y te los crees sin problema, cosa que es difícil encontrar en las películas de este género.

En conclusión, un clásico del género que nadie debería perderse, aunque sí es cierto que la estética ha envejecido y no todo el público de hoy día podría tolerar.

Lo mejor: La atmósfera, la ambientación, el uso de una niebla que consigue generar a la perfección una sensación de peligro y consciencia propia.
Lo peor: Las muertes, en general, son un poco flojas en cuanto a lo visual y, para mi gusto, encajaría muy bien un poco más de gore en las muertes. Quizá, sería más correcto catalogar la película en el género del suspense con toques de terror.
Nota: 7,5/10

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